miércoles, 5 de noviembre de 2008

Tres heridos tras una carga de la Guardia Civil dentro de la fábrica de Azsa


Una treintena de antidisturbios disuelve una concentración de trabajadores y retira las barricadas que ardían ante las puertas de la factoría


Tres trabajadores de Asturiana de Zinc (Azsa) resultaron heridos de carácter leve pasadas las cuatro de la tarde después de que gentes antidisturbios de la Guardia Civil iniciaran una carga contra los trabajadores que se manifestaban por la demora del convenio a las puertas de la factoría. La intervención policial acabó dentro de las instalaciones de la factoría. «Queremos denunciar la extrema violencia de los guardias, una violencia solicitada por la empresa, que les permitió entrar en su domicilio social», denunció Luis Patiño, del sindicato USO. «La Guardia Civil tenía orden de intervenir de la forma más intensa posible», aseguró Nacho Requena, secretario general de la sección sindical de CC OO.

Los trabajadores lesionados formaban parte de una barricada levantada ante el acceso principal de la factoría para protestar contra la negativa de la empresa a negociar el convenio colectivo, paralizado desde el pasado mes de julio. Esta barricada, admitieron, era «ilegal».

Los incidentes comenzaron a media mañana. A esa hora el comité de empresa había llamado a los trabajadores a concentrarse ante las oficinas centrales. Dos horas después, a mediodía, los trabajadores levantaron dos barricadas con tuberías de plástico de una cercana obra de saneamiento. Según fuentes sindicales, una dotación de guardias civiles locales se acercó a la barricada y allí fueron informados de que se levantaría a las cuatro de la tarde. Hubo varios avisos más y a las tres de la tarde llegó una treintena de antidisturbios que formaron en mitad de la carretera de acceso a la fábrica. Media hora después la Guardia Civil comunicó al comité de empresa que tenía orden de disolver la protesta ya, y el comité reiteró su compromiso: se irían a la cuatro. Ahí empezó la carga: botes de humo, pelotas de goma, balas de plástico... Desde el otro lado, la respuesta llegó en insultos. Los antidisturbios fueron avanzando en línea mientras los trabajadores se retiraban al interior de las instalaciones. Varios agentes cargaron contra obreros de contratas que contemplaban la escena, ajenos a la protesta, desde el aparcamiento. Después, la carga policial se detuvo y una cuba de Ecoastur apagó las llamas de las tuberías, que ya para entonces estaban a punto de perecer. Una pala retiró los restos de la barricada. Entonces, empezó el movimiento hacia la fábrica: quienes no habían podido entrar a trabajar lo intentaron, pero la Guardia Civil lo impidió. Y se inició una carga en el mismo interior de la planta. «Los guardias han actuado como una empresa de seguridad más», denunció Requena. En las instalaciones hubo más disparos y pelotas de goma, y los trabajadores se refugiaron en el área de lixiviación.

Disuelta la protesta y con los agentes retirándose, Santiago Huerta, presidente del comité de empresa, resumió con una pelota y una bala de plástico en la mano: «Así negocia Azsa el convenio».

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