El responsable de la planta, Jaime Arias, anuncia tras otra mañana de tensión, «noticias positivas» para los trabajadores
Jaime Arias Zapico, director de la factoría de Azsa en San Juan de Nieva, accedió ayer, forzado por una nueva protesta sindical -de seis horas- a las puertas de las instalaciones, a retomar la negociación del convenio colectivo suspendida en el mes de julio pasado.
El responsable de la planta se reunió a las once de la mañana en una de las aceras de acceso a la fábrica con los representantes del comité de empresa que a las cuatro y media de la madrugada del jueves al viernes habían montado una barricada en la puerta principal de la fábrica. Les anunció que «el lunes o el martes» iba a haber «noticias positivas para el convenio» y también les aseguró -tras calificar las movilizaciones de los trabajadores como «indignantes»- que en ningún momento se había negado a negociar el convenio.
«Hemos tenido una victoria, no sabemos si momentánea, pero es una victoria», comentó Nacho Requena, secretario general de la sección sindical de CC OO en Azsa, presente en el encuentro improvisado, al que asistió también Matías Valcárcel, lugarteniente de Arias.
El segundo episodio de las movilizaciones de los trabajadores -tras la carga en el interior de la fábrica de la Guardia Civil, el martes- comenzó antes de que amaneciera. Los trabajadores, convocados por el comité de empresa, cerraron el acceso a la planta con troncos. A las siete de la mañana -poco después de que prendiesen fuego a la barricada- llegó la Guardia Civil . Todo hacía presagiar que se iban a repetir las mismas escenas vividas el martes pasado. Un sargento y un capitán de la Benemérita preguntaron a los trabajadores cuáles eran los planes, es decir, cuándo iban a permitir el acceso. Santiago Huerta, presidente del comité de empresa, les dijo: «No hemos traído despertador», que lo único que deseaban era que Jaime Arias se decidiera a emprender las negociaciones del convenio rotas, según dijo, «porque en julio nos presentó una propuesta innegociable».
El director de la fábrica llegó a la fábrica a bordo de un Audi, junto a Valcárcel. Aparcó al comienzo de la carretera privada y ya a pie se dirigieron a la barricada acompañados por un mando de la Guardia Civil. Los antidisturbios, mientras tanto, aguardaban en el interior de sus vehículos todoterreno de color blanco.
Santiago Huerta, con un altavoz, explicó a los trabajadores que el director les había prometido sentarse a negociar «el lunes o el martes» próximos. «Le hemos dicho que si es para ofrecernos lo mismo de entonces, lo mejor es que no pierda el tiempo», continuó. Las cosas están como siguen: los sindicatos quieren una subida del IPC más un punto y la empresa ofrece un 2,75 por ciento más 135 euros al año como prima de asistencia.
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