El grupo plantea eliminar 9.000 empleos en todo el mundo l El ajuste se ciñe al personal ajeno a producción y mantenimiento l Los sindicatos ven «una reestructuración encubierta»
Arcelor-Mittal anunció ayer el que será el primer recorte general de plantilla por la crisis económica. El gigante siderúrgico, pilar de la industria asturiana, quiere suprimir 9.000 empleos en todo el mundo, 6.000 de ellos en Europa, entre el personal no directamente vinculado a la producción y mediante «bajas voluntarias» cuyos detalles no ha precisado la dirección. Como tampoco ha detallado el posible alcance del ajuste en las factorías asturianas, visto por los sindicatos como una «reestructuración encubierta» y como una señal de que, de prolongarse las dificultades del mercado del acero, las medidas pueden ir a mayores.
La multinacional, que ha declarado hasta septiembre un beneficio récord de 7.900 millones de euros, fue ayer más allá de los planes de optimización de costes, contención de la deuda, aplazamiento de las inversiones o recortes transitorios de la producción que formuló en las semanas anteriores para hacer frente al desplome de la demanda global de acero. La dirección comunicó a los sindicatos en Luxemburgo y a los trabajadores por correo electrónico que sus próximas medidas anticrisis irán más allá, que va a una reducción de empleo estable concentrada en lo que en la jerga de la siderúrgica se denomina «personal de estructura». Esto es, empleados que no tienen una relación directa con la fabricación de acero, personas que trabajan en departamentos como los de administración, recursos humanos, financieros... En general, indicaron fuentes conocedoras del sector, quienes trabajan en tareas distintas a las de producción y mantenimiento.
«Hemos tomado la decisión de poner en marcha programas de bajas voluntarias en el conjunto del grupo, dirigidos al personal de estructura. En total, estos programas pueden afectar hasta a 9.000 empleados en todo el mundo, lo que supone menos del 3 por ciento de la plantilla mundial del grupo», señala la cúpula directiva de Arcelor en la misiva que ayer divulgó a través del servicio de intranet para conocimiento de la plantilla. En Luxemburgo, los ejecutivos detallaron poco más en la reunión con los sindicatos. Se sabe que Arcelor quiere concentrar, en Europa, la supresión de 6.000 de los 9.000 empleos que va a eliminar y que la compañía llevará a cabo esta «reorganización» según «las consideraciones sociales pertinentes en los diferentes países afectados». Nada se sabe por ahora, indicaron fuentes sindicales, acerca de si las llamadas «bajas voluntarias» se concretarán mediante una oferta de prejubilaciones o si, por ejemplo, se ofrecerán incentivos (indemnizaciones) para que los trabajadores simplemente dejen la empresa. El modelo puede variar de un lugar a otro. Los directores generales de Arcelor en cada territorio -Juan Estarellas, en el caso de España- tienen encomendado presentar la oferta de bajas voluntarias a la representación de la plantilla.
¿Cuál puede ser el efecto en la siderurgia asturiana? Arcelor no lo aclaró ayer. El conjunto de la plantilla del grupo en Asturias ronda los 7.000 trabajadores y más de un millar de ellos, según una aproximación contrastada con distintas fuentes, encaja en el colectivo de «personal de estructura» al que se ofrecerá la salida voluntaria de la empresa. La comentada propuesta llegará a un número de personas de ese colectivo que no se ha concretado y los sindicalistas consultados ayer cuestionaron que la oferta de «bajas voluntarias» pueda cosechar la respuesta afirmativa de los trabajadores que espera la dirección mundial del grupo.
«Ésta ha sido una decisión muy difícil para la compañía, dado que todos nuestros empleados son extremadamente importantes para nosotros. No obstante, desgraciadamente, la realidad económica mundial indica que la adopción de esas medidas es un paso razonable», expresó Bernard Fontana, responsable de recursos humanos en el comité de dirección de Arcelor. Sus palabras fueron transmitidas por medio de un comunicado después de que un periódico belga adelantara la noticia del recorte de empleo que el propio Fontana iba a explicar a los representantes sindicales de la plantilla europea.
Los sindicalistas, citados con urgencia en Luxemburgo, salieron de la reunión molestos por las filtraciones y con muchas dudas e incertidumbres acerca de los propósitos de los Mittal. «Esto parece una reestructuración encubierta», señaló Héctor Roces, dirigente de UGT. Las centrales demandaron ser consultadas sobre las condiciones del ajuste. No ocurrió ayer y entre las centrales se ha instalado la sospecha de que Arcelor aprovecha la coyuntura actual para recortar la plantilla. Y también gana cuerpo el temor de que, detrás de la oferta de «bajas voluntarias» y limitadas al personal de estructura, podrían venir otros intentos de reducir empleo estable de la multinacional siderúrgica. «Cuando las barba de tu vecino veas cortar...», comentó ayer un dirigente de los sindicatos.
La dirección de Arcelor-Mittal y el propio Lakshmi Mittal, presidente y accionista hegemónico del primer fabricante mundial de acero, acostumbran a informar por carta a sus trabajadores de sus planes. A través de internet, el comité directivo de la compañía dirigió ayer una misiva sobre el cercano recorte del personal de estructura. Los ejecutivos la encabezaron así: «Tener que escribir esta carta no es, en modo alguno, motivo de satisfacción».
El texto aparece firmado por los siete miembros del comité de dirección, entre ellos Lakshmi Mittal y su hijo y director financiero Aditya Mittal. Subrayan que, a finales del pasado octubre, Arcelor anunció varias medidas para encarar la crisis que, sostiene la dirección, no son suficientes. Es preciso, según expresión de Arcelor-Mittal, «una racionalización de la organización». Un recorte de personal que, se aclara, será mediante bajas voluntarias y «de conformidad con las consideraciones sociales pertinentes» en cada país. «Somos conscientes de que este anuncio puede ser duro, habida cuenta del rendimiento récord que hemos registrado recientemente», se menciona en alusión al beneficio de este año.
«Éste es un período difícil para todos», añade el texto y señala, en otro momento: «Lamentamos sumamente perder a algunos de nuestros empleados». Y concluye la carta. «Pedimos a todos comprensión y paciencia en este difícil proceso».
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