sábado, 8 de noviembre de 2008

El conflicto de Nissan se radicaliza por la negativa de la empresa a frenar los despidos

Kaosenlared


Los trabajadores se manifestarán ante el Parlament el 12 de noviembre.

La reunión a tres bandas que han protagonizado este viernes el departament de Treball de la Generalitat, los sindicatos de Nissan y los máximos responsables de la automovilística, lejos de destensar el conflicto, lo han alimentado hasta convertirlo en un camino que, en estos momentos, parece sin retorno.
Los responsables de la empresa han confirmado ante la consellera Mar Serna que la próxima semana, exactamente un mes después de hacerla pública, presentarán a la Generalitat de manera oficial el Expedientes de regulación de empleo (ERE) que acabará con 1.680 puestos de trabajo en la factoría de la Zona Franca (Barcelona).
Según ha argumentado el director de comunicación de Nissan, Alfredo Castaño, la reducción de plantilla es "totalmente necesaria" para intentar responder a la caída en las ventas de coches.
La multinacional, en una muestra de la fuerza con la que afronta el conflicto, ha aprovechado para lanzar otra bofetada a la esperanzas de los trabajadores. Y lo ha hecho al anunciar que la fabricación de la furgoneta a la que optaba la factoría de la Zona Franca, -opción barajada como paliativo al recorte de personal-, será trasladada a Japón, a la espera de que se ponga en marcha la planta proyectada en Tánger (Marruecos) en 2010.
Este último anuncio, sumado a la inflexibilidad empresarial ante los despidos, ha enervado más los ánimos, si cabe, entre los representantes sindicales, quienes han tachado la medida de "escándalo" y de "estafa". Según ha recordado el presidente del comité de empresa de Nissan, Javier Pacheco, la mencionada furgoneta fue proyectada en Barcelona con dinero público -más de dos millones de euros procedentes del Gobierno central, según informaciones de 'El País'- y gracias al trabajo de los ingenieros que hasta el momento han trabajado en Cataluña.
Además, todos los sindicatos presentes han denunciado la "absoluta falta de voluntad" de la empresa de estudiar un plan industrial para Cataluña que garantice la supervivicencia de las fábricas.
Ante semejante panorama, los trabajadores han pasado de mostrar cierta paciencia con la postura de la administración a exigir a la Generalitat que "abandone la tibieza" con la que creen que, hasta ahora, ha actuado ante una crisis cuyas consecuencias todavía están por ver. Tal y como ha señalado Pacheco, el Govern debe actuar "con la mayor contundencia" y situarse al lado de los trabajadores "como gobierno de izquierdas que son".
Consultados por elmundo.es, los responsables de comunicación del departamento de Trabajo han rechazado hacer ningún tipo de comentario sobre la reunión mantenida con todos los implicados.
Por el momento, los mismos trabajadores han anunciado su diposición a "endurecer" las movilizaciones que, hasta el momento, han llevado a cabo en las calles. El primer paso será trasladar las protestas al Parlament, con una manifestación a las puertas de la cámara catalana el miércoles 12 de noviembre.

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