martes, 16 de diciembre de 2008

La crisis del ladrillo y del automóvil recorta 170 empleos en la industria de las Cuencas


La crisis en el sector de la construcción y del automóvil está poniendo en apuros a grandes empresas de las Cuencas que son señeras en la reactivación de los valles mineros. Rioglass Astur ya ha puesto en marcha dos expedientes de regulación de empleo (ERE) que han afectado a ochenta trabajadores de la empresa, y Alas Aluminium negocia con los trabajadores la puesta en marcha de otro expediente que afectará a entre ochenta y cien trabajadores. Otras firmas, como Astersa, reconocen que están pasando por «serios problemas».

El parón en el sector automovilístico ha recortado drásticamente la producción en las plantas de Rioglass en Mieres, dedicadas a producción de lunetas para coches. En julio, Rioglass llevó a cabo un primer ERE en el que se vieron afectados 33 trabajadores. El pasado mes de octubre la empresa volvió a regular la situación de otros 47 empleados, que pasan a cobrar el paro un máximo de seis meses antes de retornar a su puesto. En este tiempo, la dirección de la empresa espera ir adaptando su producción a las «exigencias del mercado». En el caso de Rioglass, esa adaptación pasa por reforzar la línea de elaboración de espejos para parques solares en detrimento de la fabricación de vidrios para las lunas de automóviles.

Las empresas ligadas al sector del automóvil pasan apuros, al igual que las vinculadas a la construcción. Alas Aluminium, el estandarte de la reactivación en Langreo, negocia la puesta en marcha de un ERE que afectará a entre ochenta y cien trabajadores de la factoría de Ciaño, en la que trabajan doscientos setenta operarios. La empresa se dedica a la producción de perfiles de aluminio destinados principalmente a fabricación de ventanas, en un momento en el que los pedidos han caído en picado por el parón de la construcción.

En una situación similar se encuentra la empresa Astersa, una firma participada por Hunosa que produce en Mieres paneles solares térmicos para edificios. De momento, la empresa no ha recortado su plantilla, pero está pasando serios apuros y su producción está bajo mínimos. «La empresa nació en 2006, al calor del nuevo código técnico de edificación que obliga a la instalación de placas en los nuevos edificios. Con la entrada en vigor del código se esperaba que la demanda se disparara, pero con la crisis de la construcción los niveles de demanda están por debajo de las cifras anteriores a la entrada en vigor del código», señaló Pedro Pérez, director de Astersa, que añadió «que la empresa tiene voluntad de continuidad y tarde o temprano la construcción repuntará».

Alas Aluminium

La empresa aluminera, participada por Hunosa, nació en 2002 y registró un crecimiento espectacular, con sucesivas ampliaciones al ritmo que marcaba el sector de la construcción. La crisis del ladrillo ha golpeado a la empresa, que se dedica principalmente a la producción de perfiles para el sector de la carpintería de aluminio. Ante la caída de ventas, la empresa, que está ubicada en el distrito langreano de Ciaño y da empleo a 270 operarios, ha planteado un expediente de regulación de empleo a los trabajadores que podría afectar a entre 80 y 100. La empresa y los sindicatos negocian las condiciones.

Rioglass Astur

El negocio de vidrio comienza a resquebrajarse. La crisis en el sector del automóvil está obligando a Rioglass a replantear su negocio. Hasta ahora su actividad se centraba en la producción de lunetas para vehículos, pero con el bajón en la venta de coches la empresa se está volcando en el negocio de los espejos para parques solares termoeléctricos. Mientras aborda el cambio estratégico, la empresa ha puesto en marcha dos expedientes de regulación que afectaron a 80 trabajadores de las plantas del polígono de Sovilla en Mieres. La empresa llegó rondar los 400 empleos y ahora tiene menos de la mitad.

Astersa

Aplicaciones Solares Térmicas (Astersa), compañía impulsada por empresarios relacionados con el sector inmobiliario y participada por la empresa estatal Hunosa, inició su actividad en 2006 en la antigua nave de economatos de Mieres. La compañía, que da empleo a 65 trabajadores, pretendía cubrir la demanda de placas solares prevista con la entrada en vigor del nuevo código técnico de edificación, pero la caída en barrena de nuevas promociones residenciales ha dejado a la empresa en una situación difícil. La producción está bajo mínimos, pero de momento la empresa «está aguantando el temporal», según su director.

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